De los tres mayores, él es el más diferente, de carácter, de físico y de intereses… Hoy estaba enfadado y frustrado y se ha metido en su mundo, interno, en su silencio, en su juego interno y ha empezado a construir… A construirlo con maderitas, con material que encontraba… Y ha hecho una torre, y luego otra muy diferente y ha encontrado un nuevo material y ha hecho otra torre, doble, muy abarrotada y ha añadido objetos que encontraba, para en definitiva explicar su enfado, su frustración con formas kaoticas y aparentemente desordenadas de madera y cartón. Y ya… Se le ha pasado… Ha aparecido su hermano pequeño y imitando han empezado a jugar juntos, crear juntos, idear juntos y se ha añadido el mayor y entre silencios y onomatopeyas ya vuelven a estar en harmonia… la emoción se ha diluido, se ha expresado y vuelven a jugar como si nada hubiera ocurrido.
MAESTROS con mayúsculas!